En esta entrada no se tratará ningún tema en particular sino que se destinará a agradecer a todos aquellos que han convertido el Ciclo Formativo de Grado Medio de "Tècnic en Cures Auxiliars d’Infermeria" (en su año académico 2014-2015) en una agradable y enriquecedora experiencia.
Como bien es sabido, todo lo que tiene un principio tiene un fin o, lo que es lo mismo, todo lo que empieza algún día debe terminar otro y éste ha llegado a fecha de hoy en lo referente a los citados estudios, un diecinueve de junio del dos mil quince que un servidor recordará como la conclusión de un ciclo de duración anual (de hecho en la práctica es menos, pues la extensión del curso apenas se ha prolongado más allá de nueve meses, intensos como ellos solos, eso sí) que ha satisfecho absolutamente todas las expectativas previamente generadas, habiendo conocido a unos compañeros facilitadores (algunos más que otros, como es evidente, siendo esto puramente subjetivo y, sin duda, alterable bajo el prisma de cada cual) de un camino a veces muy costoso y en ocasiones más liviano, un trayecto hacia el conocimiento general del ámbito lectivo elegido en el que el profesorado ha ido guiando a unos alumnos predispuestos (en su inmensa mayoría) a aprender con una entrega intachable, dotando a cada una de sus clases con un singular método de enseñanza con el citado objetivo común de nutrir de informaciones aprovechables e incluso imprescindibles para la ocupación que con estos estudios se busca desempeñar; con la presente publicación no pretendo (pese a que no suelo recurrir a expresiones en primera persona asumo oportuno que así sea para que estas líneas rezumen más personalidad) explayarme ni mucho menos adular, pero creo que es menester reconocer el buen trabajo cuando se desarrolla como es debido y en esta ocasión así ha sido, no cabiendo dedicar más que comentarios positivos y gratitudes de diferente índole tanto a los cargos más decisorios del centro de impartición de las clases (el “Institut Eugeni d’Ors”, por si a alguno le ha quedado alguna duda tras leer y/o observar las entradas publicadas a lo largo del período educativo), como a la serie de personas (ante todo son eso pese a ejercer como docentes de mayúsculo valor) encargadas de llevarlas a cabo, a Montse Olmos por su constante atención, a Rafa Pierna por su ingeniosa complicidad, a María Moscardó por su inestimable apoyo, a Maribel Gavara por su inmensa cercanía, a Joan Albert Bastardas por su eterna simpatía y a Juan Carlos Alías por su infinita profesionalidad, todos ellos inmaculados en sus respectivos cometidos durante un período plagado de cansancio (compaginar la asistencia al instituto con las prácticas en el “Hospital del Mar”, concretamente en la novena planta, en la que por cierto me han tratado excelentemente haciéndome sentir uno más del equipo, especialmente Eva Collado, la auxiliar con la que he compartido más horas de las cuatrocientas diez curriculares que constan en el documento acreditativo, no puede implicar otra cosa), estrés (no tanto por los exámenes como por la incesante entrega de material, algo por otro lado loable) e incertidumbre (esos días, a veces semanas, que transcurren entre la realización de una prueba evaluativa y su correspondiente nota son mortales) pero también de momentos que no olvidaré ni a corto ni a largo plazo y por los que restaré agradecido por siempre jamás (aunque pueda antojarse poéticamente exagerado o relacionable a una preciosista película de cuento de hadas es cierto como la vida misma, expresión que, en otro orden de cosas, nunca he llegado a asimilar como fervientemente creo que debiera).
Sin más dilación, enviar un gran abrazo a aquellos que he ido mencionado durante el escrito (uno por cada vez que lo lean, pues no tiene sentido escatimar en gestos virtuales), recordarles que pueden contar conmigo para lo que precisen, recomendarles que me sigan en el blog en el que publico mis andaduras cinéfilas (pese a que lo mantengo más descuidado de lo que quisiera por falta de tiempo indicio, por petición no popular sino particular, que se corresponde con el enlace www.cementeriodenoticias.es.tl) y, lo más importante, darles las gracias una última vez por todo lo que han hecho (y con suerte harán y corresponderé debidamente) por mí, aprovechando estas últimas palabras para citar (por orden estrictamente alfabético atendiendo a los apellidos para evitar innecesarias jerarquías) a los que he considerado compañeros y concibo como amigos a día de hoy, Coral Alarcón, Silvia Alavi, Fadua Ben, Francisco Borikó, Carmen Castro, Cristina Company, Raquel Dueñas, Fatima Elouedeghyry, Jessica García, Karina Morán, Sandra Quispe, Anabel Rodríguez, Araceli Rodríguez, Andrez Senzano, Mónica Soto, Patricia Soto y Pilar Terrer, así como con los que no he compartido tantos minutos o conexión, Daysi Chauca, Cristian Martín, Juan Montes, Lorena Moreno, Dayana Navarro, Mauricio Sirpa, Hayat Stitou y José Valle, amén de la tempranamente ausente, posteriormente reincorporada y finalmente desaparecida María Domingo; creo que eso es todo lo que quería compartir con mis apreciados seguidores... ¿o puede que no?
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